- “Descubrí que mi esencia nada tenía que ver con mi apariencia…Mi apariencia podía ser nieve o agua sucia, pero mi esencia era…¡es la fantasía!”
- “¿la fantasía?”
- “la fantasía de los niños. Mientras los mayores maldicen el frío y se frotan las manos con enojo, los niños toman en sus manos lo que tienen y hacen con ello maravillas…¡como tu!
Vainilla pensó unos momentos y sus ojos pétreos se entristecienron.
- “Escucha….”- continuó mirando a la niña. – “A los humanos, con la edad, se os olvida el maravilloso recurso de la fantasía…. Siempre que veas a un adulto haciendo un muñeco de nieve,confía en él. Aún no está totalmente perdido”
- “¡ Pero los mayores también se pierden?”- preguntó Nima consternada
Nimagai,pg 116
